Al llevar la mano apoyada sobre la palanca durante la conducción, se ejerce una presión sobre los mecanismos internos de la caja de cambios, lo que terminará desgastando y generando holguras en sincronizadores, rodamientos, etc. produciendo vibraciones y un engranaje impreciso de las marchas. Acostúmbrese a conducir con las 2 manos en el volante y sólo cuando cambie de marcha coloque su mano en la palanca.