Por lo menos una vez al mes hay que comprobar su correcta presión, la cual disminuye de forma inevitable. Es una tarea que se puede realizar en cinco minutos y te puede ahorrar muchos dólares. Una llanta con baja presión aumenta el consumo y emisiones, por otra parte se degrada antes de tiempo. Análogamente, un exceso de presión deforma la llanta, se pierde agarre y desgasta antes de tiempo.